martes, 30 de noviembre de 2010

Pequeña gran prueba




Cuentan que un día se acercó a Socrates otro filósofo y le dijo:

- “Sócrates, ¿sabes lo que acabo de oír de uno de tus alumnos?”

- “Un momento” respondió Sócrates. “Antes de decirme nada me gustaría que pasaras una pequeña prueba. Se llama la prueba del triple filtro”.

- “¿Triple filtro?”

- “Eso es”, continuó Sócrates. “Antes de contarme lo que sea sobre mí alumno, es una buena idea pensarlo un poco y filtrar lo que vayas a decirme. El primer filtro es el de la VERDAD. ¿Estás completamente seguro que lo que vas a decirme es cierto?

- “No, me acabo de enterar y…”

- “Bien”, dijo Sócrates. “Así que no sabes si es cierto lo que quieres contarme. Veamos el segundo filtro, que es el de la BONDAD. ¿Quieres contarme algo bueno de mi alumno?

- “No. Todo lo contrario…”

- “Con que” le interrumpió Sócrates, “quieres contarme algo malo de él, que no sabes siquiera si es cierto. Aún puedes pasar la prueba, pues queda un tercer filtro: el filtro de la UTILIDAD. ¿Me va a ser útil esto que me quieres contar de mi alumno?

- “No. No mucho.”

- “Por lo tanto” concluyó Sócrates, “si lo que quieres contarme puede no ser cierto, no es bueno, ni es útil, ¿para qué contarlo?”.

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