Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que te puedo olvidar
¿Donde se esconden esas risas?
¿Donde está ese parpadeo, lento, confiado, paciente...?
¿Donde están esas carcajadas?
¿Y los sueños? ¿Cuando se rompieron?
Cuando que no los escuche estrellándose contra el frío suelo…
Me quedo quieta, sola
Noto como la oscuridad me acaricia y es entonces cuando os encuentro
Tan a la vista como fácil era cerrar mis ojos para poder veros.
A veces es necesario pararse a pensar, a reflexionar.
Dejar la mente en blanco, separando cada pensamiento de cualquier sentimiento. Algo difícil y complicado, pero necesario para después comenzar a ordenarlos a cada uno de ellos. Es entonces cuando acompañados de nuestra caliente taza entre nuestras frías manos, o nuestro fresco vaso en las calorosas noches de verano, nos damos cuenta de lo que realmente queremos, de lo que necesitamos y de cómo es en su totalidad la realidad. Es entonces cuando comenzamos a actuar.