Por los tenebrosos rincones de mi cerebro acurrucados y desnudos duermen los extravagantes
hijos de mi fantasía esperando en silencio que el Arte los vista de la palabra para poder presentarse
decentes en la escena del mundo.
BECQUER
Ellie lloraba por el carácter inapelable de la muerte, por su impasibilidad ante las protestas y las lagrimas de una niña, por su arbitrariedad. Y lloraba también por esa facultad del ser humano, que puede ser maravillosa o funesta, para sacar de un símbolo deducciones sublimes o siniestras. (Cementerio de animales-Stephen King)